La arquitectura como apropiación del espacio
- carmenalvarezarch
- 8 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 ago 2020
“La arquitectura es vida, o, por lo menos, es la vida misma tomando forma y, por lo tanto, es el documento más sincero de la vida tal como fue vivida siempre”
Frank Lloyd Wright

La arquitectura moderna crea espacios diseñados para resultar funcionales a las personas que los habitan. El factor fundamental que determina nuestra identidad es el espacio en el que nos movemos. Cómo ocupamos los espacios es tema de reflexión constante para arquitectos como los Smithson.
Desde sus observaciones sobre otras culturas, principalmente la hindú y la japonesa, y con sus reflexiones más concretas, como las extraídas del estudio de la ciudad de Bath, organizan una serie de recorridos a través de edificios tanto públicos como privados y tratan de sistematizar la experiencia al recorrerlos para dejar constancia de cómo se manifiesta la ocupación de distintos usuarios en la ciudad.
Sienten la necesidad de crear espacios en los que las personas tengan la oportunidad y la capacidad de apoderarse de los mismos, de “colonizarlos”; así se identifican con esos espacios y estos pasan a ser un reflejo de ellos mismos. En este proceso de “apoderarnos” del espacio pasamos por dos niveles; un primer nivel emocional y un segundo que los Smithson llaman “vestir y decorar”.
El primero se produce al entrar en el espacio y movernos en el mismo, nuestros sentidos perciben el lugar y memorizan cada rincón.
“Un edificio debe permitir ser interpretado, queremos decir, capaz de ser leído en distintas formas por los ocupantes de manera que se convierta en parte suya”, Peter Smithson, “Lightness of Touch”.
El segundo es más concreto, se completa con nuestros actos y con la colocación de objetos que van dando forma a ese espacio.
“Quiero decir que cuando viajas y vas a habitaciones de hotel, etc. Lo primero que haces es mover la cama, reorganizar la habitación y esa reorganización se convierte en una obra de arte, es hacer tuyo el espacio.” Peter Smithson, “La arquitectura de la experiencia”.
Esta imagen de la casa Upper Lawn es una muestra clara de esa ocupación del espacio; la mesa, la silla, las plantas son las huellas dejadas por los propios Smithson que habitan ese lugar. La necesidad de dejar constancia de que has habitado un espacio es lo que los Smithson tienen en cuenta a la hora de crearlo.
La arquitectura debe ser capaz de soportar las marcas de los habitantes que poco a poco van entrando en la misma y que, a su vez, hacen que ese espacio sea un reflejo de movimiento, de vida. El espacio muta con nosotros y es el resultado individual de la personalidad del ocupante. Un espacio incapaz de responder al habitante es un espacio sin sentido, sin identidad, sin dueño.

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